Arte de Pájaros
Pablo Neruda
El Tontivuelo
El tontipájaro sentado
sentía que no lo sabía,
que no volaba y no volaba,
pero dió órdenes de vuelo
y fue explicando ala por ala
lo que pasaría en la atmósfera:
dictaminó sobre las plumas,
reveló el cielo y sus corrientes.
Nació sentado el tontipájaro.
Creció sentado y nunca tuvo
este triste pájaro implume
alas ni canto ni volar.
Pero dictaba el dictador.
Dictaba el aire, la esperanza,
las sumas del ir y venir.
Y si se trataba de arriba
él era nacido en la altura,
él indicaba los caminos,
él subiría alguna vez,
pero ahora números van
números vienen, conveninecias,
es mejor no volar ahora:
"Vuelen Uds. mientras tanto".
El tontipájaro feroz
se sienta sobre sus colmillos
y acecha el vuelo de los otros:
"Aquí no vuela ni una abeja
sin los decretos que estipulo".
Y así vuela pero no vuela
desde su silla el tontipájaro.
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