Arte de Pájaros
Pablo Neruda
Queltehue
Voló el queltehue centelleando
de nieve blanca y nieve negra
y abrió su traje a plena luz,
a plena plata matutina:
era costoso el abanico
de sus dos alas nupciales:
era rico el cuerpo adornado
por la mañana y el plumaje.
Sobre las piedras de Isla Negra
relucía el lujo silvestre
del pájaro de terciopelo
y yo pensaba - dónde va?
A qué celeste recepción?
A qué bodas de agua con oro?
A qué salón de pura púrpura,
entre columnas de jacinto,
donde con él puedan entrar
sólo las nubes bien vestidas?
En fin, dije, tal vez irá
a coronar la cabellera
de la náyade del Genil
amiga de Pedro Espinosa.
No hizo tal cosa el agorero:
voló y planeó para bajar
en un trigal desmoronado,
entre terrones de rastrojo
y desde allí lanzó su idioma
su tero tero lancinante,
mientras picaba, picoteaba
y devoraba sin pasión
un simple gusano terrestre.
escucha el grito del queltehue